A contrapelo
Annabella Balduvino
Contenido de la edición 28.05.2025
El jueves 20 de marzo se presentó el libro "Historias descabelladas", un trabajo compuesto por cuarenta relatos, donde "mujeres pertenecientes a diferentes generaciones nos traen recuerdos, nos asombran, nos emocionan", al decir de la compiladora Cristina Lampariello.
A continuación, el relato de Annabella Balduvino (y la foto que lo acompaña).
A contrapelo
Annabella (1948)
Mis pelos nunca fueron un motivo de preocupación extrema: siempre me hice lo que quise o lo que quería el peluquero o peluquera del momento.
Mi consiga permanente era y sigue siendo «haz lo que quieras, el pelo crece».
Aunque por supuesto también estaban mis gustos, y de alguna manera también lo usé y lo uso para romper un poco los cánones de lo que «debe ser».
Pasé del rubio estilo Marilyn al african look, de dejarme las canas que llegaron siendo muy joven a teñírmelo de rojo, de cortármelo al ras a dejarme el pelo largo, de hacerme mechitas de varios colores a canas de nuevo.
Mis padres nunca me impusieron nada, ni sobre el pelo ni sobre la vestimenta ni sobre cómo debía encarar mi vida; me acompañaron siempre en el acuerdo o en el desacuerdo. Mi compañero de vida sabía que decirme a algo que no, era una pérdida de tiempo. El argumento tenía que ser muy bueno para hacerme cambiar de idea y, claro, en esto de la vestimenta y el cabello no tenía razones válidas, por lo cual se llamaba a silencio o me decía: «Te queda precioso».
Viví hasta los 17 años en un pueblo que adoro, que, hasta el día de hoy, me ha guardado amigas, primos, sobrinos del alma, pero que era bravo a la hora de juzgar. Después, en Montevideo, en el año 66, revoltosa y además con pelos de colores y minifaldas.
En realidad, mi cabello también era una forma de protestar, de decir -sin necesidad de hablar- tengo -tenemos- derecho a ser como soy.
Ahora el pelo se comenzó a caer y resolví que me pelaba, pero está creciendo nuevamente y de verdad no sé cuál será mi próximo paso al respecto.
Ya veremos.
Imagen de portada: Cristina Lampariello