ANIVERSARIO DE CONTRATAPA / Que cinco años no es nada… ¿no es nada?
Contenido de la edición 11.11.2025
Parece ya perdido en el tiempo el 12 de noviembre de 2020, en plena pandemia de coronavirus, cuando aparecía CONTRATAPA, con una propuesta de análisis, debate y difusión de temas culturales.
¿Destino? El público más amplio posible, evitando encerrarnos en formulaciones y discursos que por su estructura solo apuntan a mirarse el propio ombligo, y sin caer en el facilismo de lo cursi o lo pretendidamente culturoso, como decíamos tiempo atrás.
Que cinco años no es nada, podemos afirmar, parafraseando a Gardel y Le Pera. Sin embargo, en un presente donde lo efímero es santo y seña de la cotidianidad, un lustro puede dar cierto lustre, con perdón del juego de palabras.
Han sido 1825 días de trayecto, como dice más abajo una de nuestras colaboradoras, no siempre fáciles. Y, como afirma otro de los colaboradores, este transcurrir ha sido sinónimo de permanencia. No sé si eso es bueno o es malo en sí; la historia lo juzgará, si queremos ponernos en grandilocuentes. Los lectores decidirán, si pasamos a ser más realistas.
De lo que sí tenemos absoluta certeza es de que, para muchos, pero muchos muchos, no existimos. No viene al caso intentar cobrar cuentas; en definitiva, no somos recaudadores de beneplácitos, pero sí está bueno dejar constancia de que algunos pregoneros del amplio acceso a la cultura siempre están más atentos a los likes y puntos de rating, aunque estén insertos en los valles de las faltas de ortografía y en las cumbres del error de sintaxis, como si ser popular equivaliera a ser ignorante.
De eso hablábamos cuando nos referíamos a no caer en el facilismo de lo cursi o lo pretendidamente culturoso.
Hemos pedido a nuestros colaboradores que transmitieran qué sienten, en este aniversario, respecto a su participación en CONTRATAPA. Experimento cierta vergüenza de que mi nombre aparezca reiteradamente en los testimonios, pero después de conversar con varios, hemos optado por omitir la edición y dejar las versiones originales, so pena de producir algún enojo.
Más allá del papel como impulsor y director, CONTRATAPA es un esfuerzo colectivo. De no mediar este, lo único que podríamos ofrecer sería una hoja en blanco. Algunos con más asiduidad, otros más esporádicamente, todos contribuyeron y contribuyen a mantener la permanencia, a no decaer y a tratar, constantemente, de elevar las miras y el nivel.
Entonces, resumo todo concepto en un enorme ¡GRACIAS!
Gracias también a Uypress, la agencia uruguaya de noticias que desinteresadamente ha puesto a disposición su portal para que podamos llegar, sin costo ninguno, a nuestros lectores.
Y gracias también, y fundamentalmente, a nuestros lectores, los fieles y los ocasionales, que día tras día navegan por las más de 900 notas publicadas hasta hoy.
Los aniversarios, generalmente, son momentos de festejo, evaluación y de renovación de compromisos.
Trataremos de seguir. No es tarea fácil; no por el esfuerzo físico que pueda implicar, sino por eso de a veces remar en dulce de leche, para ser jocosos en la descripción.
Arrancábamos parafraseando al tango Volver; entonces, como no hay nada nuevo bajo el sol, volvamos...
Y aunque el olvido, que todo destruye
Haya matado mi vieja ilusión
Guardo escondida una esperanza humilde
Que es toda la fortuna de mi corazón

Daniel Feldman
Director de CONTRATAPA
Hebert Abimorad, desde Suecia

Crecer es sinónimo de permanencia para CONTRATAPA, nuestra revista cultural. El valor de la existencia es primordial, la necesidad de respirar para que cada número llegue a un lector ávido de novedades.
Han transcurrido cinco años desde aquel momento en que le propuse a Daniel Feldman publicar un artículo de corte cultural. La cultura, en sí misma, es a menudo una forma de controversia. El intento de sembrar la duda tiene el valor de impedir el estancamiento. Mientras muchos se apresuran hacia una meta, surge la imperiosa necesidad de detenerse a pensar.
Demostrar constancia y perseverancia es más crucial que la velocidad. La tortuga lo demostró: no se detuvo a descansar.
Tomás Abraham, desde Argentina

Pronto van a cumplirse cuatro años desde que por una generosa invitación de Daniel Feldman colaboro con CONTRATAPA, y lo seguiré haciendo. Sé lo que significa dedicarse a escribir, a pensar la literatura, la filosofía, las humanidades, en ambientes de resignación, repetición, sectarismo, voluntad de no saber, con la curiosidad anestesiada.
No hay ninguna soberbia en dedicarse a producir nuevas ideas y ni qué decir en entregar tiempo y energías en difundir las de otros. Soy argentino, nacido en Rumania, residente uruguayo con domicilio en Colonia del Sacramento. Mi natalicio es una mera marca, mi argentinidad una adopción, mi vínculo con Uruguay, un encantamiento.
La posibilidad de escribir para CONTRATAPA refuerza esta última sensación que se suma a mis ganas de que muchas cosas cambien. Quienes pensamos y escribimos intentamos comprender el mundo, es hora de transformarlo. Creo haberlo leído en algún lado.
Annabella Balduvino

Cinco años de CONTRATAPA, cinco años aprendiendo, conociendo, cinco años obligándome a estudiar, y eso es bueno.
Gracias a Daniel Feldman, que evidentemente no baja los brazos, y a todo el grupo que nos aporta sus mirares, sus dudas y sus saberes.
Vamos por más
Daniela Bouret

El año 2020 va a ser recordado como un tiempo bisagra: cuando el mundo estaba detenido. Las salas y recintos culturales cerrados, los cuerpos confinados, los lugares de encuentros vacíos. En ese tiempo de silencio hubo espacios de resistencia y creatividad donde CONTRATAPA surgió como una apuesta a sostener esa larga conversación que es la cultura: mantuvo encendida la palabra cuando todas las puertas estaban cerradas, mantuvo el afecto y la esperanza cuando más lo precisábamos.
CONTRATAPA se conformó como un espacio de pensamiento y creación para las artes, literatura, música, patrimonio memoria y políticas culturales. Tiene una red de colaboradores que son su fortaleza; tiene una diversidad de disciplinas y miradas que conforman esa polifonía que invita a seguirla.
Sostener durante estos años un medio cultural digital y gratuito solo puede hacerse con una curaduría rigurosa, con trabajo y convicción. Hay mucho cariño puesto en un medio que batalla contra la velocidad y el olvido proponiendo otra temporalidad: la del pensamiento compartido y el valor del diálogo.
Quiero reconocer a Daniel Feldman y al equipo por su compromiso sostenido, por una propuesta que no se limita a la urgencia mediática, sino que propone preguntas profundas y por esa tarea que nos recuerda lo que significa hacer cultura: construir sentido, compartirlo y sostenerlo juntos.
Desde la Dirección de Cultura del SCIBU de la Universidad de la República, celebramos también que CONTRATAPA haya dado lugar a nuestras iniciativas y proyectos culturales. Esa generosidad editorial ha permitido no solo difundir actividades, sino visibilizar el trabajo universitario y enlazarlo en la trama del quehacer cultural uruguayo. ¡Felicitaciones y gracias!
Alejandro Carreño, desde Chile

CONTRATAPA, cinco años después.
Parece que fue ayer cuando Daniel nos pidió una nota sobre el primer año de vida de CONTRATAPA, pero el tiempo, siempre el mismo y otro como el río de Heráclito, nos recuerda que somos esclavos de su implacable caminar. Y aquí estamos, columnistas de distintos lugares del mundo, ante una revista que nos reúne en torno a la cultura y el pensamiento crítico, cinco años después. CONTRATAPA suma notables velitas en cuanto nosotros sumamos años hurgueteando sus páginas, al igual que miles de lectores que hicieron de ella su medio artístico, filosófico y literario. Estos lectores nos plantean cada día un nuevo desafío. Un aprendizaje constante. Un compromiso ético y estético, insoslayable, como columnista. Es así como he vivido mi experiencia intelectual en CONTRATAPA.
Jorge Chagas

Escribir para CONTRATAPA fue como retornar a mi vieja profesión de periodista. Mis últimos artículos los escribí en el año 1998 para la desaparecida revista Tres y después de tanto tiempo, volví a sentir el placer inigualable de escribir algo corto, donde debía poner especial cuidado en las palabras para decir lo máximo posible en un espacio acotado.
Ya no existen las viejas y queridas máquinas de escribir Remington, con aquellos teclados que parecían deshacerse cada vez que posábamos los dedos sobre ellos. Ya no existen aquellas formas de corregir de tachar y subrayar cuando se deseaba que esa frase fuera en negrita. Ya no existen aquellas redacciones donde el aire olía a cigarro y café, donde hacíamos bromas de todo tipo para sobrellevar el trabajo. Ya no existen los grabadores ni los casetes.
Estamos en el tiempo de las computadoras que corrigen automáticamente los textos mientras uno los escribe y luego se envían por mail para ser publicados aun si fuera en la China. Estamos en el tiempo en que el aparato que sirve para comunicarnos con alguien, con imagen incluida, sirve también para grabar y filmar.
El mundo se ha transformado, ¿qué duda cabe?
Pero lo que sigue en pie es la vocación periodística. Ese placer casi enfermizo por buscar los datos precisos, chequearlos una y otra vez, hurgar en los lugares más recónditos. Sigue en pie el sabor de las entrevistas y esa necesidad imperiosa de volcar al texto toda la información.
Es que el oficio del periodista, me animo a decir, es inmortal. CONTRATAPA lo demuestra.
Roberto Cyjon

Saludo a CONTRATAPA. y a Daniel Feldman su creador y director, en estos cinco primeros años de vida. CONTRATAPA es un orgullo uruguayo que ha trascendido fronteras. Se ha constituido en un referente cultural y contracultural simultáneamente. Funge como una caudalosa corriente pluralista de cultura con "c" minúscula y "C" mayúscula con el mismo respeto y dignidad.
El relato, la reflexión, la filosofía o la historia, entre otros, se dan la mano con la entrevista, la fotografía y el paisaje en una misma dimensión. Valora la pausa en un mundo de vértigo. Jerarquiza el lenguaje en un mundo de abreviaturas. Humaniza lo artificial. Dignifica lo emocional. Gracias Daniel por tu coraje, tenacidad y por rescatar valores imprescindibles a contracorriente de lo efímero. CONTRATAPA es un verdadero mascarón de proa de la cultura en su mayor expresión. Felicitaciones por enriquecernos tanto. Abrazo grande y a continuar con tan encomiable labor.
Alejandro Giménez Rodríguez

Cuando Daniel Feldman me invitó a escribir en CONTRATAPA, en aquellos terribles tiempos de la pandemia, no dudé en aceptar el desafío. Recordé entonces mis lejanas experiencias en la prensa escrita, cuando tuve el gusto de conocerlo, y al igual que en tiempos en que imperaba el papel, mis crónicas terminaron siendo parte de libros. La comunicación de la Historia es mi pasión, y además de radio y televisión, internet ha demostrado ser un muy buen medio de transporte de historias que me parecen interesantes. Cuando surge en mi cabeza algún tema que pueda interesar, la llamada a Daniel empieza con el planteo y culmina con un "dale pa´delante". Y la publicación siempre es atractiva y prolija. Larga vida para este formidable vehículo de información y formación, que se ha ganado un lugar en el mar virtual de propuestas culturales.
Lilián Hirigoyen

Cinco años equivalentes a 1825 días o a 43.800 horas. Una danza de números que lleva implícita una cantidad enorme de notas, artículos, reflexiones, cuentos, poemas y lectores. Números que apenas indican el esfuerzo y el amor que significa llevar adelante una revista cultural. Abrir sus imaginarias páginas nos introduce al asombro, al descubrimiento, a la necesidad de investigar. No puedo sentirme más que orgullosamente feliz de formar parte de ese mágico conjuro capaz de abrir las páginas hacia la maravilla.
Cristina Lampariello

Es un honor para mi haber participado en varias ediciones de CONTRATAPA, cuyo timón lleva tan bien y con tanta generosidad, Daniel Feldman.
Celebro estos cinco años de vida y de contribución a las buenas letras, abriendo las puertas a la comunicación, tanto para quienes escriben como para quienes leemos.
En dosis equilibradas van la literatura, la fotografía y la historia, haciendo sus paradas estratégicas en el pasado, presente y futuro sin dejar de lado a la mitología, ciencia ficción o la imaginación enfocada a otras realidades posibles.
Celebremos que existan timoneles y barcas, como en CONTRATAPA, para poder seguir navegando en aguas cada vez más turbulentas.
Margarita Larriera

Vivimos en tiempos de comunicación digital, redes sociales, aplicaciones, sitios web de todo tipo (noticias, compraventa, organizaciones sociales, etc). Muchos de estos servicios son de gran utilidad para los usuarios y de gran calidad, otros -en gran cantidad- distribuyen contenidos de baja calidad o, directamente, fraudulento.
En este universo de información, la revista digital cultural CONTRATAPA es un oasis de cultura, de altísimo nivel de información a través de colaboradores que aportan temas de interés, con gran seriedad académica.
En estos cinco años, he tenido el honor de participar con algún artículo de mi especialidad como son la cultura y la música griega. Muchas felicitaciones por estos cinco años y el deseo de que siga difundiendo este tipo de contenidos por muchos años más.
Un gran abrazo a su director. Nos seguimos leyendo.
Matías Mateus

La experiencia en CONTRATAPA fue un éxito, además de haber encontrado un espacio de investigación periodística, expresión y creación, en donde la libertad para llevar adelante el proyecto fue total; me permitió como colaborador ir dándole forma a un ciclo de entregas mensuales titulado Historias Olímpicas, que nació en vísperas de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. Durante aquellos Juegos particulares, en plena pandemia, el trabajo pasó por analizar la mayor fiesta del deporte desde las aristas históricas, sociales y políticas, que se coronó con la recopilación de las notas en la publicación del libro Historias olímpicas: la otra cara del oro, por parte de Holguín Ediciones.
Pedro Olalla, desde Grecia
Hace ya cinco años, los promotores de CONTRATAPA se lanzaban al denodado propósito de mantener con vida, día a día, una publicación periódica esmerada, rigurosa y crítica, en un entorno mediático donde la calidad ya no es una premisa ética y donde la conformidad con el relato dominante es una concurrida zona de confort. Hace ya cinco años, vienen consiguiendo ese difícil objetivo. Y hace ya cinco años, tuve el placer de comenzar mi colaboración con CONTRATAPA, que publicó, en principio, mis piezas de tema cultural e histórico, pero que, llegado el confuso momento de la pandemia y la guerra de Ucrania, dio voz también a las honestas reflexiones que otros medios -supuestamente serios y progresistas- se negaron a publicar entonces para evitar ser criticados por ejercer la crítica y la duda. Aquello, para mí, fue la piedra de toque donde otros fracasaron y donde CONTRATAPA demostró su valía: porque el periodismo, o es riguroso, crítico y comprometido con la búsqueda de la verdad, o es sólo otra peligrosa forma de intoxicación. Larga vida, pues, en su quinto aniversario, a la revista CONTRATAPA, valiosa y valiente.
Pablo Romero García

Cinco años de CONTRATAPA, de pensamiento en movimiento, de palabras que resultan un aporte vital para pensarnos y pensar nuestro tiempo y nuestra comunidad.
En momentos donde prima el ruido de lo efímero y superficial, CONTRATAPA es un faro y refugio, un espacio donde la cultura respira, se interroga y se reinventa. Cinco años no son sólo una cifra, sino el testimonio de una apuesta sostenida por aquello que nos humaniza.
Gracias por permitirme colaborar y por abrir la puerta a voces diversas, por cultivar pensamiento crítico sin solemnidad, por hacer de cada artículo una invitación al diálogo fecundo.
Celebro este aniversario esperando que sean muchos años más de escritura compartida, de preguntas necesarias, de la cultura que transforma nuestra sociedad en un mejor lugar para todos.
Alejandro Vásquez Escalona, desde Venezuela

Me hice fotógrafo porque un día, decidí desamordazar la mirada. Cerrarle el ojo de nuestro corazón a la melancolía. Enamorar a los amigos con nuestro quehacer. Creo fotografías para colocarme más allá de la ráfaga de preguntas e interrogar viendo. Para navegar las veredas acuosas de la vida como lagartija pluricolor y pluricontraste. Porque mirar, es el bostezo de la retina que anhela lamer el universo visual para que gotee la savia del entusiasmo. Por eso cada crónica, cuento o relato lo entretejo con una fotografía.
Unido a la creación de fotografías, escribo sostenidamente desde hace seis años. Migré desde Venezuela a Montevideo en 2019. En esta ciudad me cobijé junto a mi familia durante tres años. En la rudeza del invierno uruguayo, entendí que se escribe para acorralar al fantasma del desarraigo. Para celebrar la vida. Entendí que la escritura es el viaje de la memoria para volver a vivir en la palabra. En Montevideo conocí a Daniel Felman, director de Contratapa, en una obra de teatro de su autoría. Al regresar a Venezuela decidí publicar mis trabajos en esta experiencia editorial. He mantenido la constancia de publicación con CONTRATAPA porque encontré un espacio democrático, creativo, para que viaje mi pensamiento en el lenguaje. Para que al ser leído deje de ser propiedad de nadie y se vuelva más libertario. O eso intento. Celebro a CONTRATAPA. Celebro la amistad de Daniel.