Con Pablo Vierci y su más reciente novela, “El niño que heredó el silencio” – Lea el primer capítulo

Novedad editorial

Contenido de la edición 31.08.2025

 

Ya está a la venta la más reciente novela del reconocido escritor uruguayo Pablo Vierci, autor entre otras de la exitosa La sociedad de la nieve, que diera pie a la película homónima para Netflix de Juan Antonio Bayona.

"Rearmar el puzzle de tu vida puede ser la única salvación", dice Vierci a manera de gran resumen de su novela.

Según explica el autor, se trata de "la historia de un abuso, recurrente, perpetrado por alguien muy poderoso. Esta situación se agrava porque quienes tienen la obligación de cuidar al protagonista, cuando niño, quienes deben brindarle seguridad y apego, desaparecen, dejándolo solo, a la intemperie".

La novela, a manera de thirller psicológico, está ambientada en la década de 1960, "pero se narra 40 años después, cuando la víctima, el protagonista, puede, eventualmente, rearmar el puzzle de una vida que quedó completamente trastocada desde entonces".

Se está ante "una historia de mentiras, encubrimientos y un silencio que ya no puede sostener". Un thriller psicológico atravesado por el abuso, el suspenso y la redención.

"En este caso específico" afirma Vierci, "tengo muy claro que en mi infancia y primera juventud, en los años 50 y 60 del siglo pasado, no se hablaba de abuso sexual infantil".

Recuerda que era un tema que prácticamente no se mencionaba, y raramente aparecía en la prensa. "No porque no existiera, sino porque estaba todo muy solapado".

El autor de Los tramoyistas rememora que "conocía pedazos de historias, de memorias, de vivencias, pero todo era susurrado, fragmentado, despedazado, nunca del todo explicitado, donde uno no sabía cuánto había de verdad o de invención".

"Era misterioso, sórdido, y muy escondido. Y todo esto desataba los fantasmas de la fantasía, de la imaginación", afirma.

Recuerda el sonado caso de los intelectuales franceses de renombre, entre los que aparecían Jean Paul Sartre, Michel Foucault, Simone de Beauvoir y otros tantos -"la flor y nata de los intelectuales europeos"- que en el año 1977 "enviaron un manifiesto al diario Le Monde "donde sostenían que el consentimiento podía darse a los 12, 13 años". Ese manifiesto estaba firmado por "lo más granado de los pensadores de la época, cuando Francia dictaba lo que estaba bien y lo que estaba mal, la filosofía de la práctica".

El reclamo se refería a un sonado caso de pederastia de la época, y pedían la liberación de tres hombres detenidos en 1973 acusados de realizar actos eróticos contra chicos de 13 y 14 años. "Tres años de prisión por caricias y besos: ya es suficiente", afirmaban.

"En el manifiesto, los intelectuales sostienen que esos niños de 13 y 14 años habían prestado su consentimiento, dicen textualmente que los niños 'manifestaron ante los magistrados que ellos habían consentido los hechos'. Todo muy vidrioso, al punto que el diario Le Monde tomó distancia del comunicado, un par de días después. Pero eso hace a la ambivalencia de este tema, desde siempre", asegura Vierci.

"¿Cómo puede haber semejante vacío en torno a la infancia, vacío que mi generación llegó a conocer?", se pregunta el escritor de Artigas - La redota y La redención de Pascasio Báez.

"Creo que una novela aporta luz a esos períodos de oscuridad y las razones por las que ocurre", asegura. "Incluso por eso la novela sucede en dos tiempos: si bien el abuso ocurrió en los años 60, el narrador lo relata 40 años después".

El perpetrador del abuso de la novela de Vierci, un hombre poderoso, muere en un incendio en el año 1969. ¿Accidente o asesinato?. "Estos son algunos de los mojones en torno a los cuales hago esa exploración en aguas profundas, encontrando verdades o presuntas verdades sepultadas por décadas de mentiras o de confabulaciones, como los estratos geológicos, capa sobre capa, ocultando la verdad", resume el autor.

Para Vierci, el thriller psicológico se adapta para contar esta historia porque "el niño abusado que bloquea eso que no puede elaborar, de ninguna manera, que su mente en formación no puede entender, lo envía al inconsciente, y ese abusador permanece allí como un parásito, que le tuerce el desarrollo".

"La historia me resultaba fascinante mientras la iba escribiendo", explica, "porque no sabía cómo iba a terminar, cuál sería el desenlace. Cómo esa necesidad perentoria de ir descubriendo los silencios encubiertos llevaría al protagonista a algún puerto más seguro, o moriría en el intento".

"Planteo primero todos los nudos, la pesadilla que sufre el protagonista, Andrés, a quien en su infancia le llaman Andy y luego voy viendo a medida que pasan las páginas cómo resuelve ese dilema, si es que lo resuelve. Porque quedarse anclado en el trauma no es una opción", comenta Vierci.

Haciendo algo de historia asegura que "hoy los adultos saben que, si hay un caso de abuso, el relato de la víctima es clave. Pero hace unos años esto no era así. Era la palabra del niño contra la del adulto, y si había encubrimiento en su entorno familiar, en el niño lo que más había era culpa, vergüenza y silencio. Lo habitual es que se sintiera, en parte, responsable del abuso, porque el perpetrador tiende a intimidar al niño, a manipularlo, a extorsionarlo, no solo con amenazas sino asegurándole que contaba con su beneplácito, con su consentimiento. Y es la palabra de un ser poderoso contra un desvalido, en esa asimetría que hablábamos".

"La novela juega en el filo de la navaja, en la forma más compleja, haciendo equilibrio en esa cornisa de emociones. En ese sentido, el thriller psicológico es una buena herramienta para este tipo de narración: la relectura del pasado, gracias a circunstancias fortuitas que se lo permiten, la hace la propia víctima, a solas, 40 años después", sintetiza el autor.

Para Vierci, la literatura sirve en muchos casos para iluminar el presente o el futuro, echando luz sobre áreas que están a oscuras "porque no refleja la vida tal cual es, sino que la reinventa, y allí entran las emociones, el inconsciente, los miedos, los tabúes, que la ficción les puede pasar por arriba, pero nosotros, en nuestra vida cotidiana, tal vez no nos atrevamos, o no sentimos que estamos preparados. Pero la literatura permite esa transgresión, esa rebelión, que siempre tiene que contar con la complicidad del lector. Por eso necesariamente debe ser persuasiva, verosímil, incluso, si es posible, hechizante".

 

Ofrecemos a los lectores de CONTRATAPA el primer capítulo de El niño que heredó el silencio

Primer capi´tulo - El nin~o que heredo´ el silencio - Pablo Vierci by UyPress Noticias

 

 

Imagen de portada: Adriana Vierci


Archivo
2025-08-31T22:02:00