Contratapa

 

Y si hablamos de caballos que pastan en campos sin hierba no tenemos más que escuchar sus suspiros de sueños olvidados. El murmullo de sus relinchos es como una melodía de cristal que se rompe en añicos. Durante las noches se susurran secretos legendarios del tiempo en que los humanos usaban herraduras y hablaban por los ojos, y los caballos lloraban risas mientras que los malabaristas lanzaban su tiempo al aire. Y aquellas pezuñas, comentaban entre frágiles relinchos, que no tocaban el suelo, sino que caminaban sobre recuerdos, dejando vestigios de sus pasos de lo que puedo ser y no fue. El aliento de un caballo era el soplar de un viento sin amanecer que atravesaba los límites del entendimiento. Se trataba de una paradoja con patas alimentándose de esperanza y locura. 

HEBERT ABIMORAD

Escritor uruguayo radicado en Suecia

 

(*) "El perro tuerto" pretende ser una serie de creaciones de mundos paralelos a partir de imágenes originales y conceptos inventados.