Historias olímpicas – Capítulo XI: ¿Lo importante es competir? Plan Estatal 14:25 de la RDA

Matías Mateus

En 1974 el gobierno de la República Democrática Alemana puso en marcha el PLAN ESTATAL 14:25 en el que se aplicó el uso sistémico de métodos científicos con el fin de desarrollar sustancias y medicamentos que aumentaran el rendimiento de los deportistas de élite.

Contenido de la edición 08.07.2022

 

La última entrada de Historias Olímpicas estuvo dedicada a una de las tramas del dopaje más complejas y sofisticadas de la historia del deporte, cuyo epicentro estuvo situado en la ciudad rusa de Sochi, sede de los Juegos de Invierno celebrados en el año 2014.

El periodista Hajo Seppelt recoge en el documental Cómo Rusia crea sus ganadores el testimonio de varios deportistas que fueron parte de la red de dopaje que contó con el patrocinio del Estado. El estreno del documental en la cadena de televisión alemana ARD el 2 de diciembre de 2014, poco después de los juegos, generó que la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) pusiera en marcha una investigación contra el laboratorio antidopaje de Moscú, la agencia antidoping (RUSADA) y la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF).

Grigory Rodchenkov, director del laboratorio de la RUSADA en Moscú, fue el personaje clave para que se terminara de destapar el escándalo.

Rodchenkov confesó ser el cerebro detrás de todo el plan de dopaje de los atletas rusos en los Juegos de Beijing 2008, Londres 2012 y los Juegos de Invierno de Sochi 2014.

Las primeras declaraciones las hizo ante el director del documental Ícaro, Bryan Fogel, quien contó con la supervisión del propio médico ruso al someterse a un protocolo de dopaje (similar al utilizado por Lance Armstrong durante su carrera deportiva) para competir en la carrera amateur de ciclismo más importante del mundo y demostrar lo ineficiente que son los controles. Pero esto es una parte anecdótica de la historia que ocurrió antes de la huida de Rodchenkov a Los Ángeles.

Pocos meses después de su arribo a suelo norteamericano, a finales del año 2015, el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo citó a declarar bajo la sospecha de conspiración. Acudió a las autoridades entre el 7 y el 10 de mayo del 2016, donde declaró exactamente lo mismo que les relató dos días antes a periodistas del New York Times, dando detalles de las operaciones que venían desarrollando de forma sistémica, ofreciendo documentos en los que se veían involucrados el Servicio Federal de Seguridad (FSB), el viceministro de deportes, Yuri Nagornykh, con quien Rodchenkov se reportaba; el ministro de deportes, Vitaly Mutko y el presidente Vladimir Putin.

El sistema montado por las altas esferas del gobierno ruso pudo salir a la luz, e incluso hoy continúan vigentes las sanciones contra las diferentes federaciones deportivas de ese país.

Este tipo de montaje no era inédito. Décadas atrás, el gobierno de la República Democrática Alemana, puso en marcha el Plan Estatal 14:25 en el que se aplicó el uso sistémico de métodos científicos con el fin de desarrollar sustancias y medicamentos que aumentaran el rendimiento de los deportistas de élite. Pero antes de meternos de lleno en el Plan Estatal 14:25 es oportuno realizar una breve contextualización de la época.

Un mes después de firmada la rendición por parte del Tercer Reich, en la Declaración de Berlín del 5 de junio de 1945, los gobiernos de Reino Unido, Francia, Estados Unidos y Unión Soviética asumieron la soberanía y la autoridad del territorio con el objetivo de llevar adelante políticas de desmilitarización, desnazificación, democratización y descentralización.

El territorio alemán se dividió en cuatro zonas autónomas de ocupación. Del mismo modo se dividió la capital, Berlín, ubicada en la zona de control soviética. Se estableció un Consejo de Control Aliado, con el fin de unificar las políticas en las cuatro zonas y gobernar Alemania como a un todo. Sin embargo, las tensiones crecientes entre Estados Unidos y la Unión Soviética en los albores de la Guerra Fría echaron por tierra el plan de unificar Alemania, desencadenando la fundación de la República Federal de Alemania (RFA), el 23 de mayo de 1949, y la de la República Democrática Alemana (RDA) el 7 de octubre del mismo año. En abril, antes de la fundación de la RFA, y en consonancia con estas tensiones entre las dos potencias, se firmó el Tratado de Washington, dando origen a la OTAN, con el objetivo de crear una alianza militar intergubernamental con el fin de brindarse ayuda conjunta. Por su parte, el bloque socialista firmó en 1955 el Tratado de Varsovia, destinado a contrarrestar la amenaza que suponía la OTAN.

En otras entregas de Historias Olímpicas nos referimos al componente deportivo como un inciso más en la medición de fuerzas entre las principales potencias. Esta carrera por ocupar el primer lugar del medallero llevó a que algunas naciones al oriente del Telón de Acero desarrollaron programas deportivos con el fin de demostrarle al mundo, a través del deporte, la fortaleza del sistema socialista.

También hemos hecho mención al cabeza a cabeza por la predominancia en el medallero entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Esta última debutó en la máxima fiesta deportiva en Helsinki 1952 y hasta su última participación en Seúl 1988, obtuvo mayor cantidad de medallas en los Juegos de Melbourne 1956, Roma 1960, Múnich 1972, Montreal 1976, Moscú 1980 (edición que no contó con la participación de Estados Unidos y varios de sus países asociados) y Seúl 1988. En cambio, Estados Unidos dominó en Helsinki 1952, Tokio 1964, México 1968 y Los Ángeles 1984 (edición que no contó con la participación de la URSS).

A pesar de que Alemania estuvo dividida a partir de 1949, en los juegos de Melbourne, Roma y Tokio, la delegación alemana estuvo representada por un equipo unificado; para México 1968 la RDA comenzó a participar como nación independiente colocándose en el quinto lugar. En Múnich subió al tercer escalafón del medallero y tanto en Montreal como en Seúl terminó segunda por encima de Estados Unidos.

Pero, ¿cuál fue el secreto para que la RDA fuera una de las grandes animadoras en sus cinco participaciones olímpicas de verano? ¿Cómo un país de 16 millones de habitantes logró obtener 403 medallas en tan solo cinco citas olímpicas?

Grandes sumas de dinero invertidas por el Estado en el desarrollo de la práctica deportiva, la captación de talentos a temprana edad, el impulso a tecnologías que aumentaran el rendimiento de los atletas, son algunas de las razones. No obstante, hay que analizar qué sucede cuando la victoria se convierte en un fin supremo, el deportista pasa a ser un instrumento y cualquier medio se torna válido para lograr el objetivo. En el Plan Estatal 14:25 podemos encontrar otra respuesta.

La maquinaria de producir campeones olímpicos de la RDA contaba con una estructura de corte militar, en donde los jóvenes talentos eran captados desde la edad escolar y sometidos a duros entrenamientos en los internados de los clubes deportivos del Estado. Pero además de los duros entrenamientos y la férrea supervisión de los médicos y técnicos de cada disciplina, se les suministraba lo que de forma eufemística llamaban "sustancias de apoyo". En una primera etapa las sustancias utilizadas eran estimulantes como anfetaminas, hormonas como la testosterona y sus derivados y anabolizantes.

Sin embargo, el 23 de octubre de 1974 surge el Plan Estatal 14:25.

"14:25" era el código correspondiente al proyecto de Estado que pretendía aunar los esfuerzos de médicos y científicos para lograr una mayor sofisticación en el uso de sustancias dopantes. El plan estuvo encabezado por Manfred Ewald, líder del programa deportivo de la RDA, y el director adjunto del servicio de medicina deportiva Manfred Höppner.  

Manfred Ewald

Durante una década, más de 2.000 científicos trabajaron en el desarrollo y síntesis de su producto estrella: el Oral-Turinabol, esteroide a base de hormonas sexuales masculinas que en los laboratorios Jenapharm producían un millón de dosis al año. El resultado, una pastilla de color azul que elevaba el rendimiento de los atletas y le reportó a la RDA cientos de medallas.

La industria farmacéutica suministraba las pastillas a los médicos, que las distribuían a los entrenadores y estos a los deportistas. La sustancia, además de elevar el rendimiento y lograr éxitos deportivos, provocaba en sus consumidores agresividad, cambios de humor, quistes en los ovarios, esterilidad, degradación de los huesos, disminución de las glándulas mamarias, entre otras afecciones.

Uno de los casos emblemáticos de las terribles consecuencias del Oral-Turinabol fue el de Heidi Krieger, lanzadora de peso. Había obtenido la medalla de oro en el campeonato europeo de atletismo de Stuttgart 1986, retirándose de la actividad deportiva en 1990.

 

Heidi Krieger. Campeonato europeo de atletismo Stuttgart 1986. Fuente Pinterest

Luego de su retiro, Krieger pasó por una etapa en la que sufrió burlas por su aspecto físico, padeció trastornos emocionales, depresión y en 1994 estuvo cerca del suicidio. Tres años después se sometió a una cirugía de reasignación sexual, adoptando el nombre de Andreas. Pero no todo terminó allí: Andreas debe someterse a un tratamiento con hormonas masculinas cada tres semanas, solo puede realizar esfuerzos físicos suaves y no puede dormir de lado, a causa de las exageradas dosis de Oral-Turinabol que le obligaron ingerir y los esfuerzos sobrehumanos a los que estuvo que exponerse durante su carrera deportiva.

Andreas Krieger/Bolavip

Andreas se casó con Ute Krause, nadadora y también víctima del Plan Estatal 14:25, que estuvo internada en un psiquiátrico por bulimia y otros trastornos mentales. La lista de atletas que fueron sometidos a estos rigurosos esquemas de dopaje es extensa y las cifras varían según las fuentes; lo mismo ocurre con las consecuencias nefastas en materia de salud. Además de los casos de Krieger y Krause, podemos hacer referencia a la nadadora Martina Gottschalt, que tuvo un hijo con malformaciones en sus pies, o el haltero Roland Schmidt, que debió amputarse los pechos que desarrolló.

¿Cómo salió a la luz el Plan Estatal 14:25?  

Una vez que cayó el Muro de Berlín y se reunificó Alemania existió la ilusión del nacimiento de una superpotencia deportiva para los Juegos de Barcelona. Sin embargo, en enero de 1992 se dieron los controles antidopajes positivos de las velocistas Katrin Krabbe, Grit Breuer y Silke Moeller, que fueron suspendidas por cuatro años, y la suspensión de por vida del entrenador Thomas Springstein por la adulteración de las muestras. Estos casos alimentaron las sospechas que había sido sembrada un año antes por la lanzadora de disco y peso Brigitte Berendonk con la publicación del libro De la investigación al fraude, en donde daba cuenta de la estructura montada por el Estado para el suministro sistematizado de sustancias dopantes.

Fuente: Google arts & culture

A pesar de la destrucción de expedientes de la STASI (Servicio de inteligencia de la RDA), que jugó un rol preponderante durante el programa coaccionando a los deportistas y entrenadores que se negaban a consumir el Oral-Turinabol o que simplemente se preguntaban de qué se trataba la dichosa pastilla azul; se pudieron desclasificar documentos que aportaron información valiosa que respaldara las denuncias que los propios deportistas realizaron contra Manfred Ewald y Manfred Höppner.

El 17 de julio del año 2000 el juez Dirk Dickhaus condenó a Edwald a 22 meses de prisión, que cumplió en libertad condicional, mientras que Höppner tuvo una condena de 18 meses, por el haber dañado la salud de centenares de atletas sometidos al plan de dopaje con Oral-Turinabol. A su vez, cerca de 200 atletas fueron indemnizados con 20.000 euros por las secuelas físicos y mentales padecidas.

Aún hoy, a más de 30 años de caído el Telón de Acero, se conservan algunas marcas establecidas por los atletas de la RDA: Martina Hellmann en Seúl 1988 lanzó el disco a 72,30 metros e Ilona Slupianek en Moscú 1980 lanzó el peso 22,41. Ambas marcas no han podido ser superadas en ninguna de las siguientes celebraciones olímpicas. Marita Koch, en el mundial de Canberra de 1985 detuvo el reloj en los 47,60 segundos para la prueba de 400 metros llanos, y tampoco pudo ser batido por ninguna otra mujer en los 36 años que pasaron desde aquel mundial.

Quizás sea ingenuo creer que estas prácticas dopantes hayan sido solo patrimonio de los países del bloque socialista. Está el archiconocido caso de Ben Johnson, que en Seúl rompió su propio record mundial en los 100 metros llanos, estableciendo una marca de 9.79 segundos, adelantando a El hijo del viento, Carl Lewis, que cruzó la línea en 9.92 segundos. Johnson dio positivo a estanozolol, y un año después confesó haber consumido esteroides durante toda su carrera deportiva.

En el año 2003 el exdirector de la oficina antidopaje del Comité Olímpico de Estados Unidos, Wada Exum, denunció que el COEU encubrió entre los años 1988 y 2000 a varios deportistas, entre los que figuraba el propio Carl Lewis.

En el año 2000 Exum fue apartado de su cargo, y las responsabilidades que tenía su oficina pasaron a manos de una agencia antidopaje independiente. El argumento de la venganza fue al que echó mano el COEU; sin embargo el exjerarca presentó documentos en donde demuestra que Lewis dio positivo en tres ocasiones en las pruebas previas a los Juegos de Seúl y, si bien el atleta había sido suspendido en primera instancia, quedó todo bajo cuerda al alegarse que se había tratado de medicamentos para superar un resfrío.

Quizás sean paradigmáticos los casos de Johnson, que fuera despojado de su presea dorada y sancionado con dos años de suspensión, y el caso de Lewis, que no tuvo consecuencias y solo quedó en polémica. Quizás en Occidente no existió una estructura tan compleja y sofisticada para que las muestras de orina pasaran por debajo de lo radares que detectan las sustancias prohibidos. Asimismo, queda la invitación a revisar las estadísticas de records mundiales y olímpicos de atletismo, y podrán ver que aún se conservan marcas vigentes desde la década del 80 y algunas de ellas establecidas por deportistas que representaron a la bandera de las 50 estrellas.

 

MATÍAS MATEUS

Escritor

 

Imagen de portada: Andreas Krieger/Bolavip

Archivo
2022-07-08T13:33:00