La catástrofe de 1922 y el nacimiento de la música rebétika

Margarita Larriera

Contenido de la edición 19.12.2022

El estar entre las fuerzas victoriosas de las dos Guerras Balcánicas (1912-1913) le permitió a Grecia casi duplicar su territorio, aumentando de 64.786 a 108.606 kilómetros cuadrados; asimismo la población pasó de 2.666.000 a 4.363.000. En especial la anexión de Macedonia meridional, con sus centros urbanos de Salónica, Kavala, Naussa y otras, y sus industrias relativamente desarrolladas, dan un impulso considerable a la economía nacional. Las grandes islas del Egeo aportaban además sus bienes a la producción, Thasos y Lesvos el aceite, Chíos la mastiha.

Pero la situación en la Península Balcánica no se había aquietado todavía, y mientras Turquía mejora la fortificación de los estrechos y aplica un sistema de presiones y destierros a los griegos de Tracia y de las costas de Asia Menor, las diferencias entre las grandes potencias, Alemania y Austria por una parte y Francia e Inglaterra por la otra, provocan el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Cuando esta comenzó, Grecia se declaró inicialmente neutral. Pero, quedarse fuera del conflicto no era la única razón de esta neutralidad. El mayor objetivo del Estado consistía en generar las condiciones para favorecer los objetivos de la Gran Idea. Esta pretendía unir a todos los griegos en un solo Estado-nación, con su capital en Constantinopla. La Gran Idea dominó toda la política exterior y, por consiguiente, la interior de Grecia desde la Guerra de la Independencia hasta el conflicto chipriota de la década de 1970. El principal adversario para su concreción fue, primero el Imperio Otomano y luego Turquía.

Luego de finalizada la guerra, el Tratado de Sevres (agosto de 1920) concedió a Grecia Tracia, las islas de Imbros y Ténedos y la ciudad de Esmirna. En las elecciones legislativas de ese año, se enfrentaron los monárquicos con los aliados del primer ministro Eleftherios Venizelos.

Los monárquicos, que ganaron las elecciones, hicieron campaña por la desmovilización: "Una Grecia pequeña pero honorable".

La aplicación del tratado de Sevres decidió los acontecimientos. Contrariamente a la ciudad, las tierras interiores de Esmirna eran mayoritariamente turcas. Los occidentales desconfiaban de la Grecia del rey Constantino y dejaron de apoyar la Gran Idea. Todas las peticiones de armas, municiones e incluso de víveres fueron rechazadas.

Turquía, liderada por los "jóvenes turcos" de Mustafá Kemal Ataturk, opuso una tenaz resistencia. La ofensiva griega de 192|sobre Ankara fue un desastre. En marzo de 1922, Grecia se declaró preparada para aceptar la mediación de la Sociedad de Naciones. El ataque lanzado por Mustafá Kemal el 26 de agosto de 1922, conocido como la Catástrofe de Asia Menor, obligó al ejército griego a replegarse. El ejército turco masacró a todos los griegos de la región. La floreciente ciudad de Esmirna fue evacuada e incendiada el 8 de setiembre. Se considera que 300.000 griegos murieron y un millón y medio buscaron refugio en la Grecia continental.

Este gran desplazamiento poblacional provocó que en Grecia surgiera un nuevo movimiento musical conocido como música rebétika. Este género musical tiene sus raíces en la música griega de la costa occidental de Asia Menor y Constantinopla, junto a la influencia de los salmos bizantinos y la música folclórica. Se desarrolló plenamente en los bajos fondos de las ciudades griegas, especialmente Atenas, El Pireo, Salónica, Ermúpolis y otras, desde el año 1922.

Son canciones pequeñas y simples, cantadas por hombres sencillos. Por definición, son canciones de amor, pero en el fondo tienen un contenido social. Son canciones urbanas cantadas por la clase trabajadora.

De acuerdo con su contenido se dividen en: de amor, de la guerra, de la pobreza, del exilio, de la clase obrera, de la cárcel, de la taberna, de la madre. Sus temas son pequeños y cotidianos. A menudo el héroe de la música rebétika vive en la ilegalidad y en la marginalidad social.

En la difusión de este género musical contribuyeron los llamados "Kafé-amán", y su característica eran los instrumentos que se tocaban, toda la orquesta sobre un palco y una cantante. Los instrumentos eran, principalmente, el bouzouki, el baglamás, el violín, la guitarra y la pandereta.

Los bailes de la música rebétika son:

- el zeimbékiko: danza guerrera que no tiene pasos establecidos y cuyas figuras expresan el estilo personal del que lo baila. A veces el bailarín lo baila casi inmóvil. Las figuras cambian con rapidez. Se agacha, gira sobre un pie, se levanta, pierde el ritmo, lo recupera, acaricia el piso, se arrodilla, golpea sus talones, se hace el borracho.

- el hasápiko (originado en el gremio de los carniceros): tiene pasos determinados

- el hasaposérviko es más rápido que el hasápiko

- el tsifteteli: de gran influencia oriental es bailado por mujeres y es la única danza en la que el bailarín puede sonreír.

El historiador Elías Petrópoulos, divide la historia de la música rebétika en tres períodos:

1-      1922-1932, donde dominan los elementos de la música de Esmirna

2-      1932-1942, período clásico

3-      1942-1952, período de aceptación y popularización

 

Período de predominio de la música de Esmirna

Como dijimos, 1922 es el año de la llamada Catástrofe de Asia Menor en la que Grecia pierde todas sus posesiones en Turquía y la población griega es obligada a abandonar sus hogares. La población desplazada constituye una inmensa masa de refugiados que, en su mayoría, se encuentra en la extrema pobreza y se establece en ciudades, principalmente portuarias, trayendo con ellos sus tradiciones, su cultura y su música. Los instrumentos básicos eran el oúti y el violín.

De la comunión entre la música de Asia Menor y diversos elementos de la música tradicional griega surge el auténtico rebétiko. La influencia de la música de Esmirna es abrumadora.

Período clásico o época dorada

En 1932 se realizan las primeras grabaciones de música rebétika en Grecia por Markos Vamvakaris, principal figura de este período. El bouzouki y el baglamás pasan a ser los instrumentos principales y los artistas son virtuosos del bouzouki.

En 1936 comienza la dictadura de Ioannis Metaxás, que establece la censura a este género. Toda la discografía con referencias al hachís, opio, etc., es prohibida. Se continúan, sin embargo, grabando canciones rebétikas con temática legal. Esta situación se mantiene hasta la Segunda Guerra Mundial, pues los ocupantes nazis prohíben todas las grabaciones. Sin embargo, los emigrantes griegos en EEUU continúan produciendo discos con temas ilícitos. También aparecen nuevos estilos influidos por la música popular estadounidense.

Período de aceptación y popularización

La figura principal de este período es Vassilis Tsitsanis. Tras la liberación de Grecia, la música rebétika comienza a aproximarse a la música popular y a alcanzar a un público menos marginal y más amplio. Paralelamente la temática del repertorio abandona definitivamente los temas marginales y se centra en el amor y los problemas sociales. Debemos resaltar que los artistas eran a la vez compositores, letristas e intérpretes.

Los intelectuales, así como la sociedad toda, ignoraron esta música hasta que, en 1949, Manos Hatzidakis dio la famosa conferencia en la que habla sobre su belleza y le reconoció auténticos elementos de la tradición.

La mayoría de los estudiosos consideran que, a mediados de la década del 50, el rebétiko desaparece en su forma genuina y da paso a un tipo de canción ligera con raíces rebétikas.

Comienzan entonces a publicarse estudios y antologías, biografías de rebetes y nuevas grabaciones de temas clásicos. El bouzouki, instrumento básico del género, se difunde enormemente en toda la música popular griega, aceptado por grandes compositores renovadores como Mikis Theodorakis y Manos Hadjidakis. En la actualidad, el rebético goza de gran reconocimiento académico y continuamente se realizan ediciones antológicas de todas las piezas del género.

Rebetis es una palabra turca que significa revoltoso, holgazán, callejero.

 

"Domingo nublado", Vassilis Tsitsanis

 

 

MARGARITA LARRIERA

Licenciada en Historia, embajadora del helenismo, presidenta de honor de la Fundación María Tsakos

 

Imagen de portada: cantantes y músicos de rebétiko


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2022-12-19T11:31:00