Las casas presidenciales en el Uruguay. ¿Dónde vive el poder?
Alejandro Giménez Rodríguez
Contenido de la edición 22.10.2024
A pocos días de las elecciones nacionales, hacemos una recorrida por casas habitadas por presidentes durante su mandato, a través de algunos ejemplos, lo que no significa generar un inventario sobre el tema
Viviendas fastuosas, actuales museos
No hay información acerca de dónde vivió en su primera presidencia Fructuoso Rivera (1830-34), pero si en la segunda (1839-42), transcurrida entre su casa de la ciudad de Durazno y el hoy Museo Casa de Rivera, Rincón 437 esquina Misiones, adquirida luego de su primer mandato. Allí se realizó su velatorio en enero de 1854.
Con respecto a Manuel Oribe, no hay certeza si habitó en el inmueble de 25 de Mayo y Bartolomé Mitre, en su presidencia entre 1835 y 38, en donde hoy funciona la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación. Durante su presidencia en el gobierno del Cerrito, en la Guerra Grande (1843-1851), vivió en una casa en Camino Maldonado y Cuchilla Grande, hoy José Belloni.
Juan Francisco Giró fue el presidente elegido inmediatamente después de la Guerra Grande. Residió en la casa de su familia en Cerrito 586, actual dependencia del Museo Histórico Nacional, originaria de 1782, con un estilo neoclásico en torno a dos patios, y restaurada en 1840 por el arquitecto Carlo Zucchi, el del proyecto original del Teatro Solís, que le dio algunos toques afrancesados, como los balcones de cristal de su fachada.
La vivienda que habitó Juan Francisco Giró en su mandato de un año y medio, entre 1852 y 1853
En cuanto a Lorenzo Batlle, vivió en una chacra adquirida en 1806 por su padre, con molino y panadería, entre las actuales avenida del Libertador, Lima, Yaguarón y Nicaragua, en donde nacieron dos presidentes (vino al mundo allí también José Batlle y Ordóñez).
El 10 de marzo de 1876 Lorenzo Latorre habitaba con su familia la casa de Convención 1239, y ese día fueron a buscarlo dirigentes del alto comercio y los hacendados para que se hiciera cargo del gobierno. Hoy funciona allí un pub y local de fiestas, habiendo una placa que recuerda a su ilustre antiguo ocupante.
Siendo primer mandatario, el general Máximo Santos encarga al ingeniero Juan Alberto Capurro levantar entre 1883 y 1884 la casa de 18 de Julio y Cuareim, en donde está la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. Algunos de los muebles de esa casa están en el Museo Romántico.
Julio Herrera y Obes vivió en una suntuosa casa de la calle Canelones 978-82, actual "Casa de los Deportes", dependencia de la Secretaría Nacional de Deporte. En ese palacete lleno de mármoles y maderas importados, realizó grandes fiestas durante su mandato. Su propietario perdió el inmueble por sus deudas a principios del siglo XX, muriendo en la miseria.
Durante su primer mandato, entre 1903 y 1907, José Batlle y Ordóñez residió en una casa en Mercedes entre Florida y Andes, lindera al Teatro Urquiza, hoy Auditorio Nacional del SODRE. En su segunda presidencia (1911 - 1915) se mudó a una quinta en Piedras Blancas, que adquirió en 1904. Allí falleció su hija Ana Amalia, de 18 años, víctima de tuberculosis. Hoy es Museo Histórico Nacional.
Cuando los presidentes habitaban casas costeadas por ellos
En el siglo XX, los mandatarios habitaban inmuebles lujosos, financiados por ellos mismos, ya que se consideraba que debían habitar casas de acuerdo a la investidura presidencial.
Claudio Williman habitó la casa de la actual Avenida Brasil 2916 y Ellauri, cuyo trazado siempre se ha dicho que fue sugerido por el presidente en virtud del tendido por allí de las líneas del tranvía eléctrico, habilitado en noviembre de 1906. De claro estilo art nouveau, diseñada por el Arq. Leopoldo Tosi, actualmente es un local de eventos. A pocas cuadras de allí, Tomás Berreta habitó una vivienda, en su breve mandato entre marzo y agosto de 1947, sita en Av. Brasil 2655 y Coronel Alegre, propiedad de la familia Michaelsson.
La casa de 8 de Octubre 3068, al lado del Hospital Militar, que hoy ocupa la Escuela de Sanidad de las Fuerzas Armadas, obra del Arq. Juan María Aubriot, fue el hogar de la familia de Feliciano Viera, en la que era habitual que recibiera a pintores como Pedro Figari y Pedro Blanes Viale, y una vez al gran pianista polaco Arturo Rubinstein, en ocasión de su visita al Uruguay. Muy cerca de la de Viera estaba la vivienda de Juan Campisteguy, en la Av. 8 de Octubre 2966 y Jaime Cibils, en donde hoy se encuentra el Colegio Santa María, de los Hermanos Maristas.
Gabriel Terra habitó en una antigua finca de Antonio Lussich, en Av. Agraciada 3489 y Capurro, hoy dependencia de la Armada Nacional. Su cuñado, Alfredo Baldomir, vivió en una propiedad en Rivera 2336 y que tenía entrada por Bulevar Artigas 1399 y los fondos daban a Lavalleja 2375 (hoy Rodó), obra del arquitecto noruego Alejandro Christophersen, copnstruida en 1910 para Ignacio de Urtubey. En los años ´30 fue propiedad de la Legación Española en los tiempos de la República. Fue sede de la Feria del Libro y el Grabado en los años ´70 y ´80, siendo demolida en 1991.
Demolida a principios de los años ´90 del siglo pasado, la casa en la que vivió Alfredo Baldomir en su período de gobierno, en la esquina de Rivera y Bulevar Artigas, es muy recordada y hoy alberga a la Torre de los Caudillos
Juan José de Amézaga alquiló para su mandato- entre 1943 y 1947 -el edificio actual sede de la Suprema Corte de Justicia, en Plaza de Cagancha, obra del arquitecto francés Camilo Gardelle (1917), que se caracteriza por su eclecticismo historicista, y que fuera propiedad de Francisco Piria, que murió allí en 1933.
La residencia de Suárez y Reyes
La llegada a la máxima magistratura del país de dirigentes políticos sin fortuna lleva a la necesidad de contar con una vivienda acorde a su cargo. En tierras que fueron de otro presidente, Joaquín Suárez, desde 1832, y que durante el siglo XIX cambiaran de dueño por imperio de sucesiones y ventas, en 1907 son adquiridas por Adelina Lerena de Fein, cuyo esposo Carlos Fein "da la venia marital" para la operación. El matrimonio hace edificar sobre el entonces Camino Suárez 310 una casa de tres plantas, obra del Arq. Aubriot, que fue rematada a la muerte de Fein en 1920, como "un valioso chateau", de acuerdo a la publicación de la casa Gomensoro y Castells.
Adquirido por el empresario alemán Werner Quincke, encomienda a su compatriota ingeniero y arquitecto Karl Trambauer, autor del Pabellón de la Música del Parque Rodó, una obra de reforma que usó en gran parte la construcción original e incluyó ascensor, el primero en una casa en Montevideo, dando mayor suntuosidad al interior del inmueble. En 1925 la casa pasó a manos de Federico Susviela Guarch, diplomático y patólogo, que instaló su laboratorio en el subsuelo. Al igual que el dueño anterior, este médico era un gran admirador de la cultura germana, por lo que se teoriza acerca de la cúpula en punta que aún tiene la torre del inmueble, al estilo de los cascos alemanes de la Primera Guerra Mundial, los "pickelhaube". Susviela falleció en 1928 y en 1942 su viuda donó la propiedad a la Intendencia de Montevideo, que la prestó al Servicio Hidrográfico de la Armada.
Luego del fallecimiento del presidente Berreta en agosto de 1947, su vice Luis Batlle Berres asume el gobierno y considera la posibilidad de que los mandatarios tuvieran una residencia oficial. Tras descartar la posibilidad del Palacio Taranco, por ser muy céntrico, su esposa Matilde Ibáñez Tálice recordó que en 1925 por primera vez cruzó miradas frente a la casa con Luisito, como se le decía, empezando el romance con su futuro cónyuge y la adoración por la casa, que fue reformada bajo la dirección de Juan Scasso, autor del Estadio Centenario.
Luego vivió allí Andrés Martínez Trueba, presidente de la República entre 1951 y 52; y del Consejo Nacional de Gobierno entre 1952 y 55. Hasta marzo de 1967, cuando se vuelve a la presidencia unipersonal, finalizando el sistema colegiado, la casa no fue habitada por quienes presidían ese cuerpo de nueve miembros, que solo estaban un año en esa función.
El general Óscar Gestido, primer presidente luego del período colegiado, vivió los nueve meses de su gobierno (hasta su fallecimiento) en su casa de la calle Gabriel Pereira 2962 esquina con la que hoy lleva su nombre. Su sucesor, Jorge Pacheco Areco, Juan María Bordaberry (que disuelve las cámaras el 27 de junio de 1973), y los dictadores Aparicio Méndez y Gregorio Álvarez vivieron en la residencia presidencial de Suárez y Reyes, al igual que los que asumieron luego de la dictadura: Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle de Herrera y Jorge Batlle,
Los presidentes elegidos por el lema Frente Amplio, Tabaré Vázquez y José Mujica, siguieron viviendo en sus casas, en la calle Buschental y en la chacra en Rincón del Cerro, respectivamente. El actual presidente Luis Lacalle Pou habitó la residencia desde marzo de 2020 a julio de 2024, dejando el lugar en virtud de haberse separado de Lorena Ponce de León. La casa mantiene su actividad protocolar en la órbita de Presidencia de la República.
Anecdotario presidencial
La casa tuvo un huésped de honor cuando en octubre de 1964 se alojó allí el presidente francés Charles De Gaulle, siendo recibido por el entonces presidente del Consejo Nacional de Gobierno, Luis Giannatassio. En virtud de los 1,96m de altura del visitante, hubo que traerle una cama de un inglés desde Carrasco.
La extensión de la residencia creció, se agregó lo conocido como Suárez Chico, lo que hizo necesario clausurar la calle Valdense, lindera con el Jardín Botánico, por razones de seguridad, dado que se comentaba que en tiempos de las acciones del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros, algunos de sus integrantes veían al presidente Pacheco afeitarse en uno de los baños y eso ponía en riesgo al mandatario.
En octubre de 1995 gobernaba Julio María Sanguinetti y fue invitado a visitar el país el entonces presidente cubano Fidel Castro. Uno de los actos oficiales era en Suárez y Reyes, y unos días antes de la llegada del gobernante, una avanzada revisó el lugar, por razones de seguridad. Se constató que no había gabinetes higiénicos en la planta baja y eso complicaba la reunión allí, ya que Castro sufría problemas de próstata. En cuatro días se construyó un baño y el encuentro pudo hacerse como estaba fijado. ¡Fue el baño de más rápida construcción en nuestro país!
ALEJANDRO GIMÉNEZ RODRÍGUEZ
Historiador, docente, comunicador,
asesor en la Dirección Nacional de Cultura del MEC
Imagen de portada: durante su segunda presidencia, José Batlle y Ordóñez vivió con su familia en una villa en la zona de Piedras Blancas, inspirada en las de Palladio.