Los 50 años del Frente Amplio desde sus señas fundacionales

Alejandro Giménez Rodríguez

Cuando aquella lluviosa mañana del viernes 5 de febrero de 1971 una reunión de dirigentes políticos alumbró el nacimiento del Frente Amplio, nunca pudieron imaginar qué pasaría medio siglo después.

Contenido de la edición 18.02.2021

 

Cuando aquella lluviosa mañana del viernes 5 de febrero de 1971 una reunión de dirigentes políticos alumbró el nacimiento del Frente Amplio, nunca pudieron imaginar que medio siglo después esa entidad política que contribuyeron a fundar sufriría once años de ilegalidad y persecución de parte de una dictadura cívico-militar (1973-1984) y llegaría a gobernar tres lustros el Uruguay, ya en el siglo XXI (2005-2020).

Muy atrás habían quedado los primeros anarquistas europeos que bajaron de los barcos en la segunda mitad de la centuria decimonónica, que fueron creando las primeras organizaciones sindicales, reclamando derechos para un sector trabajador que se consolidaba.

Ya iniciado el siglo XX, la influencia de las ideas del socialismo científico de Carlos Marx y Federico Engels determina en estas costas la aparición de los llamados "partidos de ideas", expresados en la dicotomía histórica entre el Partido Socialista, fundado por Emilio Frugoni en 1910, y el Partido Comunista en 1920, como escisión del anterior, fiel a una Revolución Rusa que había afirmado con Lenin su adhesión a los postulados de la dictadura del proletariado y la posesión estatal de los medios de producción, que se afirmaba en la incipiente Unión Soviética.

Los intentos de unión política de las izquierdas locales

Fallecido José Batlle y Ordóñez en octubre de 1929, y debilitada la continuidad de su modelo, proceso que desembocaría en el quiebre institucional promovido por el presidente Gabriel Terra el último día de marzo de 1933, se producen los primeros intentos de conformación de frentes populares, influidos por la acción de los republicanos en el marco de la Guerra Civil Española (1936-1939).

En enero de 1935 fracasa una revolución contra el gobierno, comandado por el nacionalista Basilio Muñoz y el batllista Justino Zavala Muniz. Al año siguiente se constituye un frente contra la dictadura terrista, integrado por blancos independientes, batllistas, socialistas, comunistas, cívicos e independientes, en el que se destaca la tarea de algunos dirigentes, como Carlos Quijano, que en 1939 publicaría la primera edición del emblemático semanario "Marcha". Este intento fracasa ante la oposición de los sectores de los partidos tradicionales, que podrían comparecer en las elecciones de 1938, al cambiarse por parte del régimen de Terra la legislación electoral, expresada en la Constitución de 1934.

No obstante, los comicios de junio de 1938 registraron la primera presencia conjunta de socialistas y comunistas, bajo el lema "Partido por las Libertades Públicas", con Emilio Frugoni como candidato presidencial, que obtuvo solo un 4,7% de los votos.

Recién en las elecciones de 1962 volvió a darse la unión de las fuerzas de izquierda, en este caso mediante dos coaliciones. El llamado Frente Izquierda de Liberación (Fidel), conformado por el Partido Comunista, sectores batllistas (Avanzar), universitarios, trabajadores de la cultura, el Movimiento Revolucionario Oriental y hasta grupos de izquierda departamentales, en Paysandú y Maldonado. El otro conglomerado llevaba el nombre de Unión Popular, que integraban el Partido Socialista, ciudadanos herreristas liderados por Enrique Erro, sectores de la intelectualidad y ruralistas disidentes.

Tampoco fue buena esta experiencia de coaliciones de izquierda, alcanzando el Fidel un 3,5% y la Unión Popular un 2,3%, llegando apenas a un 5,8% la votación a nivel nacional.

Esos años ´60 eran los de la crisis económica al terminarse la prosperidad del modelo de sustitución de importaciones de posguerra, lo que provoca la consolidación de la movilización de los sindicatos, que logran la constitución de una central única, que se llamó Convención Nacional de Trabajadores (CNT) en 1966, sin olvidar que un año antes el Congreso del Pueblo- reunión de organizaciones obreras y populares -había marcado un paso muy importante en ese camino.

La Revolución Cubana en enero de 1959 supone el fin de la dictadura de Fulgencio Batista en la isla y la implantación de un modelo de defensa de los intereses nacionales, que derivaría dos años más tarde en la adhesión de la patria de José Martí al Pacto de Varsovia, al tiempo que la integración de la nación caribeña al bloque soviético, lo que provocará la oposición de sectores anticomunistas en América Latina, en el marco de la Guerra Fría.

El camino hacia el nacimiento

Reunión fundacional del FA en el Palacio Legislativo el 5 de febrero de 1971


Los comicios de 1966 marcaron el fin de la experiencia del Colegiado en el Uruguay y la vuelta al sistema presidencialista. Las fuerzas de izquierda volvieron a votar separadas, alcanzando un 8,6% del electorado.

La prematura muerte del presidente Óscar Gestido en diciembre de 1967, a solo nueve meses de su asunción, deja en el cargo más importante del país a Jorge Pacheco Areco, con el que se agudizan los enfrentamientos entre el gobierno y sectores sindicales, además de la afirmación de una oposición inédita hasta entonces, como fue la guerrilla urbana encarada por el Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros.

En el Parlamento, el enfrentamiento con el Poder Ejecutivo provoca la unión de sectores de distintos partidos, que no estaban de acuerdo con las medidas impulsadas por Pacheco. Así, algunos sectores blancos y colorados, comenzaron a aliarse con comunistas, socialistas y democristianos.

A finales de esa década, un grupo de dirigentes del ala más batllista del partido de gobierno considera generar una nueva opción de cara a las elecciones de 1971, pensando como candidato en la figura de un militar que tuvo un papel protagónico en el combate de las inundaciones de abril de 1959 y que había pasado a retiro al oponerse a la militarización de empleados públicos y bancarios promovida por la administración pachequista: el general Líber Seregni.

En el plano internacional, el triunfo de la Unidad Popular de Salvador Allende en Chile fue un aliciente para alcanzar la unidad política de las fuerzas progresistas, buscando trascender a la mera circunstancia electoral que se avecinaba.  

En octubre de 1970, la declaración de un grupo de independientes es el paso previo a la reunión fundacional de un nuevo movimiento político, que se produce el 5 de febrero de 1971 en el Palacio Legislativo, fecha que se considera como el nacimiento del Frente Amplio.

Dirigentes provenientes de los partidos tradicionales, Zelmar Michelini y Alba Roballo del coloradismo, y Francisco Rodríguez Camusso del nacionalismo; representantes socialistas (José Pedro Cardoso), comunistas (Rodney Arismendi), democristianos (Juan Pablo Terra), y de otros sectores, como Héctor Rodríguez y Enrique Erro, conformaron aquella coalición de izquierda tan amplia como nunca se había dado en nuestra historia política.

Y el 26 de marzo se produjo el primer acto masivo en la explanada del Palacio Municipal, con Seregni como candidato presidencial, que había dejado el Partido Colorado; con el Dr. Juan José Crottogini como compañero de fórmula y el Dr. Hugo Villar como postulante a la Intendencia capitalina. 

La organización desde los comités de base, coordinadoras, dirección y Tribunal de Conducta Política y las treinta medidas en caso de acceder al gobierno fueron las herramientas de funcionamiento del nuevo grupo. Reforma agraria, nacionalización de la banca y del comercio exterior, y fomento de la acción industrial del Estado eran sus principales postulados.

Luego de una campaña electoral teñida por la propaganda anticomunista, sobre todo en el interior del país, en un mundo dividido por la Guerra Fría, aquella reñida elección entre los partidos fundacionales culminó con la victoria del Colorado, imponiéndose la candidatura de Juan María Bordaberry.

En su primera experiencia electoral, el Frente Amplio más que duplicaba la votación de la izquierda sumada cinco años atrás, alcanzando un 18,28%, logrando desplazar en la capital uruguaya al Partido Nacional a un tercer lugar.

La bandera artiguista, el logo y la canción del "Elvis Rojo"

Logo del Frente Amplio, diseño original de Manuel Espínola Gómez


Desde sus orígenes, el Frente Amplio se presenta, al decir del hoy politólogo Óscar Bottinelli, entonces secretario de Seregni, como "un gran tercer partido", algo que es impulsado por el líder frenteamplista, que ya lo veía como "una síntesis de las tradiciones nacionales".

Esos símbolos se convirtieron en señas de identidad, como la bandera artiguista, que era la que el gobernador Fernando Otorgués mandó izar en Montevideo, el 26 de marzo de 1815, para proclamar el inicio de la dominación patriota. De allí que el primer acto público del FA fuera en igual fecha de 1971.

Para Ricardo Goldaracena, estudioso de vexilología- ciencia que estudia las banderas y sus significados -el FA, "por su composición no podía adoptar un solo color simbólico para distinguirse". De allí la adopción del rojo, azul y blanco de la tradición artiguista.

También el logo, obra del artista Manuel Espínola Gómez, elegida en un llamado a concurso, con las letras "F" y "A" entrelazadas, tiene su simbolismo, representando, según alguna versión, a las tiendas de campaña del período de la llamada "Patria Vieja", con la bandera en su parte superior. La superposición de ambos emblemas derivó en esa imagen identitaria de las letras sobre la bandera.

En la campaña electoral de 1971 la canción elegida para representar a la nueva fuerza política fue "No nos moverán", que por cierto no era algo desconocido y tenía su historia. Fue en sus orígenes un canto negro espiritual de los esclavos en Estados Unidos de inicios del siglo XIX, y pasó a Europa, siendo un himno de resistencia antifranquista en la contienda vivida en tierras hispánicas en los años ´30.

En los convulsionados sesenta se transforma en un himno adoptado por la Unidad Popular chilena, de la mano de Dean Reed, un actor y cantante estadounidense, que había tenido su pasaje por Argentina, en la que fue galán en cine y televisión, pero de donde fue expulsado sospechoso de ser agente soviético, por sus simpatías con el socialismo, por eso llamado el "Elvis Rojo".

Reed llega a nuestras costas y vive en el Uruguay en el segundo semestre del 71, presentándose en actos políticos, siendo una atracción cantando "Con el Frente Amplio, no nos moverán", con su acento inglés. Incluso grabó un disco aquí con esa canción, que editó la coalición de izquierda.

Al decir de Gerardo Caetano y José Rilla, "fue sobre todo desde la simbología adscrita a la identidad frenteamplista como tal (en tanto expresión autónoma e inédita y no como mera coalición de grupos preexistentes) que se confirmó la intencionalidad de fundar una nueva tradición".

La resistencia a la dictadura cívico-militar, su sobrevivencia y posterior llegada al gobierno nacional durante quince años en el nuevo siglo, consolidaron a esta fuerza política en cuanto a sus hitos y épica, igualándola con los dos partidos fundacionales. A cincuenta años de su génesis, bien puede decirse que el frenteamplismo es un sentimiento político tradicional.

 

ALEJANDRO GIMÉNEZ RODRÍGUEZ

Historiador, docente, comunicador,

asesor en la Dirección Nacional de Cultura del MEC

 

Imagen inicial: portada del disco "No nos moverán", cantado por Dean Reed y editado por la fuerza política de izquierda 


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2021-02-18T00:01:00