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"El poeta puede contar o cantar las cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el historiador las ha de escribir no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna" - Sansón Carrasco, en el Quijote.

Me vino a la memoria el título original de la película de Alain Resnais, inspirado en el documento original con el que el dictador Francisco Franco declaró el 1° de abril de 1939 que la guerra civil había terminado.

Basado en un guion de Jorge Semprún, el film relata la vida de Diego, un militante del clandestino Partido Comunista de España que vive exiliado en París y, regularmente, debe atravesar la frontera para cumplir diversas misiones.

Recuerdo cuándo la vi, apenas salido de mi adolescencia, y tengo a flor de piel la sensación de derrota que me impregnó.

De acuerdo a alguna definición, la guerra es un conflicto social en el que dos o más grupos humanos relativamente masivos -tribus, sociedades o naciones- se enfrentan de manera violenta, mediante el uso de armas de toda índole, y teniendo a menudo como resultado la muerte, individual o colectiva, y daños materiales considerables.

Hay quienes sostienen que es, tal vez, la más antigua de las formas de relaciones internacionales.

Abunda la teoría sobre la guerra, hay mucho estudio académico... y mucha industria, comercio, dinero.

Joseph de Maistre, uno de los máximos exponentes del pensamiento reaccionario en Francia, enemigo de la Ilustración y de la Revolución, afirmó que "la guerra es divina en la gloria misteriosa que la rodea y en el atractivo no menos explicable que nos lleva hacia ella".

La guerra, dice, "es divina por la manera como se produce, independientemente de la voluntad de los que luchan". La guerra, concluye, "es divina en sus resultados que escapan absolutamente a la razón"; y engancho esto con lo que sostiene Johan Huizinga, en su trabajo Homo ludens: "La guerra obtiene carácter lúdico cuando se cumple con la condición agonal (...) el momento en que los adversarios se consideran enemigos que luchan por una causa a la que pretenden tener derecho".

La imagen que nos toca es de un festejo del Día de la Poesía en 2021.

Todo parecería indicarnos que la guerra ha terminado... pero vaya uno a saber si no se trata de una mera indicación de que ya ha quedado abierto el camino para la próxima...

Algo así como la poesía, que tanta guerra ha contado y cantado, donde el final de una es la puerta para la siguiente, sea con pluma, lápiz o computadora a manera de metralla, pero con la diferencia de que, a veces, alegra el corazón.

 

 

DANIEL FELDMAN

Director/CONTRATAPA

 

Imagen tomada en el parque Líber Seregni, Montevideo, Uruguay, el 21/03/2021