Palabra de poeta
Delma Perdomo Deniz
Contenido de la edición 18.09.2024
Ángel y musa vienen de fuera; el ángel da luces y la musa da formas (Hesíodo aprendió de ellas). Pan de oro o pliegue de túnicas, el poeta recibe normas en su bosquecillo de laureles. En cambio, al duende hay que despertarlo en las últimas habitaciones de la sangre.
Teoría y juego del duende
Federico García Lorca
(Conferencia pronunciada el 20 de octubre de 1933 en la Sociedad de Amigos del Arte, en la ciudad de Buenos Aires).
En esta ocasión presentamos cinco poemas de Delma Perdmo Deniz (Uruguay, 1943 - 2023), de su libro Decir lo que digo, Premio Nacional de Literatura 2022 en la modalidad édito.
Adiós
jauría de promesas
enloquecidas enamoradas
vuelan con las luciérnagas
rondan en torno al sol
se cuelan por el aire
como llovizna de oro
beben con los amantes
el buen vino de grana
se roban las manzanas
del amor
escriben un poema
concebido/entredós
el verso toma forma
magnífica amalgama
dando voz al misterio
de la muerte
y la flor
una aguda tristeza
ahoga las palabras
se alejan en la sombra
en viaje sin retorno
inundando la noche
con su adiós.
Fonema
te busco a ti
fruto del aire
fonema en flor
mínima sinfonía
urdiendo el alfabeto
de colores
difusa luz
que brilla como espiga
te busco pertinaz
por descubrirte
agitando en mi voz
las alegrías
girando en el albor
donde distingo
como un juego
mi viaje de partida
te busca mi avidez
boca sedienta
codiciosa de sed
de agua sencilla
de lluvia secular
sana/silencios
de un poema feraz
que alguien cultiva.
Afán de vuelo
el corazón no es nada
no es nada la sangre
de las venas
la savia visceral
que asciende ardiente
nos ata a la raigambre
de la tierra
ave que en la raíz
levanta vuelo
anhelando el latido
de la rama
rayo que se desplaza
zigzagueante
entreteje una trama
en la corona azul
resplandeciente
filtro del corazón
gotea en calma
fogata de la mente
amante de la luz
alza su llama.
Poema herido
desciendo
por el hilo de sangre
del poema
con el sedal vacío
asciendo
en remolino de hojarasca
con sed sin agua
con el labio frío
sin pan para mi hambre
arponeo en el aire
resbaladizo pez
de la palabra
que se pierde
en el río.
Del ayer
babel de las palabras
que me cercan
pájaros rumorosos
me provocan
con ojo inquieto
atisban mi zozobra
gemas fulgentes vigilan
en la sombra
tiempo lejano
desmiente los fracasos
la juventud feliz
canta en mi oído
se evapora
recrea como un eco
frases viejas leídas
en un libro
arden bajo este sol
solo un segundo
incierto resplandor
que alumbra y muere
un arroyo interior
de curso breve
fantasma del ayer
que vino a verme
Imagen: Medios Públicos