Vivir en carnavales

Eduardo Infante

Con la parodia cuestionamos la autoridad. Con la irreverencia deconstruimos las estructuras de poder que nos someten. Con el disfraz derrocamos la dictadura de la corrección política

Contenido de la edición 20.02.2023

 

El espíritu del carnaval es provocar, del latín provocare: "convocar a las cosas y ponerlas ante nosotros para analizarlas". Cada año, subimos al escenario la realidad social para juzgarla. Con la parodia cuestionamos la autoridad. Con la irreverencia deconstruimos las estructuras de poder que nos someten. Con el disfraz derrocamos la dictadura de la corrección política. Con la ironía cancelamos la cultura de la cancelación. Con los bombos inoculamos el caos creativo en el orden coactivo. Con las máscaras difuminamos las fronteras económicas entre clases sociales. Con la danza rompemos las represiones y liberamos nuestro deseo. En definitiva, ponemos, por unos instantes, el mundo patas arriba para mostrarnos (y demostrarnos) que otro es posible, imaginable y pensable. 

La cuaresma es enemiga del carnaval. Mientras este permite la satisfacción del deseo y la subversión del orden; aquella reprime y restablece el statu quo. Fue el arcipreste de Hita quien mejor narró la incesante guerra entre ambos: entre el ejército de don Carnal, formado por el vino y la buena comida, y las huestes de doña Cuaresma, compuestas por aquellos aburridos e insípidos alimentos que la Iglesia prescribe los cuarenta días anteriores al domingo de Resurrección. Todos los años, como era de esperar, la batalla la termina ganando doña Cuaresma y, con ello, el orden moral, político y económico queda restablecido. 

El poder siempre ha hecho uso del carnaval para desactivar la revolución. La fiesta es un bálsamo con el que aplacar el malestar provocado por una represión sistemática. Se nos permite saborear la libertad un par de días para someternos todo un año. La emancipación momentánea que experimentamos estos días puede ser tan solo el anuncio de una alienación duradera.  Pero para mí siempre es carnaval porque como cantan Los Delinqüentes: «Yo nunca lloro porque vivo en carnavales. Me pongo la careta y me lanzo a la calle»

 

EDUARDO INFANTE

Español, nacido en Huelva. Docente de Filosofía, escritor,

conferencista, asesor filosófico de programas televisivos 

 

Imagen de portada: adhocFOTOS/Javier Calvelo


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2023-02-20T10:38:00