Historias olímpicas – Capítulo XII: Lance Armstrong, el tirano (primera parte)

Matías Mateus

Después de abordar la trama de Sochi y el Plan Estatal 14:25, era preciso dedicarle un capítulo a Lance Armstrong, un caso paradigmático en la historia del dopaje. 

Contenido de la edición 23.08.2022

Un deportista de elite se libra de la condena a la muerte que supuso un diagnóstico de cáncer de testículos con metástasis en los pulmones y el cerebro. Tres años después obtiene el primero de sus siete triunfos consecutivos en la competencia más dura del deporte. Crea una fundación benéfica con la que recauda millones de dólares en la lucha contra el cáncer. Se convierte en motivo de inspiración para multitudes. El ciclismo toma un nuevo aire con la afición después del escándalo del caso Festina en el Tour de Francia 1998. La Unión Ciclística Internacional y las marcas patrocinadoras ven cuantiosos beneficios económicos por la esperanza encarnada en la figura de Lance Armstrong.

Lance Armstrong durante su recuperación del cáncer/Pinterest

Pero el lado B de este héroe esconde un déspota, un tirano que no dudó en usar todo el poder que adquirió para destruir y humillar a sus rivales y a los escépticos del cuento de hadas que resultó ser una gran mentira.  

Los organizadores del Tour de Francia pretendían una renovación, llamando a la edición de 1999 el Tour del saneamiento, después del escándalo del Caso Festina del año anterior.

¿Qué había sucedido? El 8 de julio, tres días antes de la Grand Départ en Dublin, la capital de Irlanda, Willy Voet, el masajista del equipo Festina, fue detenido por agentes de aduana en la frontera de Bélgica con Francia. En el baúl de su vehículo llevaba ampollas de EPO (eritropoyetina), testosterona, hormonas de crecimientos y otras sustancias dopantes. Esta incautación generó la puesta en marcha de una investigación sobre el equipo que fue expulsado de la competencia en la etapa número 7. La gendarmería francesa continuó con las investigaciones en los hoteles donde se alojaban los ciclistas, generando una huelga en la etapa 17 a causa de los malos tratos impuestos por los agentes oficiales.

Luego del parón se retiraron de la competencia equipos españoles: ONCE, Banesto, Seguros Vitalicios, Kelme y dos equipos italianos, Saeco y Riso Scotti.

Los casos de dopaje tuvieron duras consecuencias para el ciclismo, pérdida de patrocinios, descreimiento de la afición. Como consecuencia, al año siguiente, por iniciativa del COI se fundó la AMA (Agencia Mundial Antidopaje).

La organización del tour pretendía que la edición de 1999 sirviera para limpiar la mala imagen que el ciclismo estaba dejando. La presencia de Lance Armstrong en el punto de partida era significativa. El nacido en Plano, Texas, no tenía un gran palmarés en sus espaldas. A pesar de haber obtenido el Mundial de Ruta disputado en Oslo en 1993, en grandes vueltas solo registraba un trigésimo sexto lugar en el Tour de 1995 y otros tres abandonos en la misma competencia.

El por entonces corredor del equipo Motorola fue diagnosticado de cáncer testicular en octubre de 1996, con metástasis en los pulmones y el cerebro. Con tan solo 25 años y aferrado a sus probabilidades del 40% de salir con vida, se sobrepuso después de la intervención quirúrgica y el sometimiento a quimioterapia en el hospital de la Universidad de Indiana. En 1997 fundó la Livestrong, con el propósito de recaudar fondos para la lucha contra el cáncer.

El inicio de la temporada 1998 encontró a Armstrong enfundado con el jersey del US Postal Service. Pero los abandonos tras realizar el prólogo de la Paris-Niza en marzo y la Volta a Cataluña un mes después, lo hicieron dudar de su continuidad en el deporte. Se recluyó en Austin, ciudad donde vivía. Después de sus fracasos en las competencias de primavera, su entrenador, que lo convenció de intentarlo nuevamente, lo puso a punto para las carreras de verano. Regresó a Europa y obtuvo el Tour de Luxemburgo y un decoroso cuarto lugar en la Vuelta a España.

El texano y el pequeño equipo postal arribaron sin mayores expectativas al Tour de France de 1999 bajo las órdenes del exciclista belga Johan Bryuneel. Pero al finalizar el prólogo en Puy du Fou, Armstrong se enfundó el maillot jaune, imponiéndose por 12 segundos sobre el suizo Allex Zülle del Banesto, candidato a llevarse la competencia.

Armstrong volvió a obtener una victoria parcial en prueba contrarreloj de la octava etapa en Metz, recuperando el maillot amarillo que conservaría hasta el final.

La etapa número nueve, de alta montaña, que conectaba Le Grand-Bonard con Sestriere, en un recorrido de 213,5 kilómetros y la crono de la etapa 19 en Futuroscope, también fueron triunfos para Lance Armstrong, que subió al primer peldaño del podio en Paris, aventajando a Zülle por más de siete minutos.

El tour del saneamiento, lejos del objetivo de los organizadores que pretendían bajar los promedios de la competencia, resultó ser el más rápido de la historia. Incluso la sombra del dopaje sobrevoló la caravana cuando el propio Armstrong dio positivo a cortisona en uno de los controles.

El presidente de la Unión Ciclística Internacional (UCI), Hein Verbruggen, habló con el director deportivo del US Postal, Johan Bruyneel, advirtiéndole del positivo. El caso se cerró con una receta médica firmada con fecha previa al control antidopaje, que prescribía el uso de una crema que contenía cortisona para remediar la irritación generada por el asiento.

 Dr. Michele Ferrari/ Marca

El secreto detrás de esta estupenda performance residía en la ciudad de Ferrara, al norte de Italia. Allí, el doctor Michele Ferrari tenía su centro de operaciones y con él consultaban muchos ciclistas del circuito profesional. Luego de superado el cáncer, Armstrong perdió musculatura, cuestión que lo hizo más ligero. Con esta nueva contextura física, Ferrari logró un cambio en la forma de pedalear de Armstrong, que adquirió mayor cadencia, es decir, una cantidad de pedaleos más alta por minutos sostenida en un periodo más extenso de tiempo.

A su vez, había que agregarle el ingrediente estrella: "Edgard", como le llamaban a la eritropoyetina (EPO) por Edgar Allan Poe. La eritropoyetina es una droga sintética que genera glóbulos rojos en la sangre, logrando una mejor oxigenación en los músculos. En condiciones de estrés y fatiga, quienes poseen mayor cantidad de oxígeno en sangre tendrán una ventaja sensible sobre aquellos que no cuentan con el combustible de moda de los años 90, o como el propio Lance Armstrong declaró en el documental 30for30 de la cadena ESPN, la EPO representaba la sustancia de alto octanaje para mejorar el rendimiento.

Ahora bien, el programa de dopaje había que ponerlo en marcha para que funcionara y el éxito se viera reflejado en la ruta. Para ello contaban con un personaje apodado "Motoman". Este sujeto, allegado al propio Armstrong, recorrió el tour en una moto. Esperaba la orden para acercarse al bus del equipo, donde ingresaba con un termo lleno de jeringas con EPO. Las dejaba en las zapatillas de los corredores, que después de suministrarse la dosis, desechaban las jeringas en latas de refrescos, borrando las huellas de la operación.

Para la temporada del año 2000, se estaba desarrollando una técnica que pudiese detectar en los controles antidoping el consumo de EPO. Michele Ferrari, consciente de que el plan podía naufragar, propuso una transfusión de sangre. Meses antes del inicio de la competencia, en un hotel de Valencia, los corredores almacenaron en bolsas plásticas la sangre extraída por el médico. Durante el periodo desde la extracción hasta el inicio del tour, pudieron generar naturalmente la cantidad óptima de glóbulos rojos para afrontar el inicio de la competencia. La noche previa a la etapa 11, en el hotel donde se hospedó el equipo, volvieron a inyectarse la sangre extraída en España, oxigenando la sangre con la cantidad de glóbulos rojos necesarios para afrontar la segunda mitad del tour.

A medida que crecía el éxito deportivo del texano, también lo hacía su poder e influencia en ámbitos políticos; en varias ocasiones Armstrong se presentó en público con personalidades como Bill Clinton o George Bush, que celebraban sus hazañas sobre la bicicleta al tiempo que apoyaban sus iniciativas con Livestrong. Patrocinadores como Trek, Oakley y Nike aumentaban sus ventas.

La narrativa perfecta del hombre que se libró de una sentencia de muerte no podía tener lugar para críticas. Quien osaba poner un manto de duda a la presunta limpieza de su desempeño deportivo, era hostigado y humillado. Así sucedió con Greg LeMond, que declaró sentirse decepcionado al conocer que Armstrong estaba bajo la supervisión médica de Ferrari. LeMond tenía un contrato con la marca Trek, que había lanzado al mercado una línea de bicicletas de ruta con su nombre, contrato que cayó después de granjearse la enemistad de Armstrong.

Emma O'Reilly, exmasajista del equipo US Postal, en una entrevista con el periodista David Walsh del Sunday Times, dio a conocer algunos de los métodos utilizados por Armstrong, que salió a desacreditar sus palabras tratándola de "loca" y "puta". Incluso lo hizo bajo juramento en el año 2005 en un juzgado federal mientras se defendía de las acusaciones de su excompañero Frankie Andreu y su esposa Betsy.

Tyler Hamilton, otro ciclista que integró las filas del US Postal, corriendo para el equipo Phonax en el año 2004, le ganó a Armstrong una crono escalada en el Critérium du Dauphiné Liberé, prueba por etapas previa al Tour de Francia. El propio Armstrong delató a Hamilton con la UCI por el uso de sustancias prohibidas.

Armstrong y Simeoni etapa 17 tour de Francia del 2004/AS

Pero el caso emblemático de acoso y hostigamiento se produjo en la etapa 17 del Tour de Francia de 2004. La víctima fue Filippo Simeoni. El ciclista italiano en el año 2001 confesó haber consumido EPO en su declaración contra el doctor Michele Ferrari. La orden en el pelotón que era gobernado al antojo de Armstrong era clara: Simeoni no podía ganar.

Una fuga de seis ciclistas en la que viajaba quien había roto el código de omertá se vio fraguada por el propio Lance Armstrong que, enfundado en su maillot de líder, persiguió a la fuga, le colocó la mano en la espalda a Simeoni y lo obligó a regresar al pelotón. Las cámaras captaron el rostro sonriente de Armstrong y un gesto realizado con la mano en la que sugería cerrar la boca.

Podio tour de Francia 2005/CBS News

En la segunda parte del caso Lance Armstrong, abordaremos su regreso al ciclismo profesional en el 2009, cómo se destapó su gran mentira y las consecuencias que ello tuvo.

Pero entendemos conveniente cerrar esta primera etapa con el discurso que dio en el podio de Paris en el año 2005 después de la obtención de su séptimo Tour de Francia, en donde se despedía del público (provisoriamente) diciendo: "Para esa gente que no cree en el ciclismo, para los cínicos y los escépticos, les digo que lo siento por ellos, siento que no puedan tener grandes sueños, que no puedan creer en los milagros. Esta es una carrera infernal, es un gran acontecimiento deportivo y deberían contemplar y creer en estos atletas y en esta gente. Soy fan del tour de Francia desde siempre, no tiene secretos, es un acontecimiento deportivo muy duro y se gana trabajando duro. Viva el Tour".  

 

MATÍAS MATEUS

Escritor

 

Imagen de portada: fuente, AS

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2022-08-23T19:16:00