Los mensajes y la comunicación: lo que nos enseñan los animales (parte II)

Gabriel Francescoli

Podemos pensar que desde el punto de vista de la fiabilidad de la información transmitida, el conocimiento individual y social juega un papel muy importante en la comunicación animal.  

Contenido de la edición 18.02.2021

 

Siguiendo con la discusión de las ideas planteadas en la nota anterior, podemos pensar que desde el punto de vista de la fiabilidad de la información transmitida, el conocimiento individual y social juega un papel muy importante en la comunicación animal. Eso es cierto, y tanto lo es que el conocimiento prolongado en el tiempo entre individuos de un mismo grupo social puede producir un nivel de fiabilidad tal que lleve a que las informaciones proporcionadas por uno sean admitidas e incorporadas por otro sin "desconfianza".

Este tipo de procesos es muy importante en la vida de muchas especies animales, fundamentalmente en las sociales, donde la coordinación de tareas que se realiza a través de las señales comunicativas es central durante algunos comportamientos con alto nivel de aporte a la supervivencia, como por ejemplo la reproducción o la defensa de la familia o grupo, y el reconocimiento de parentesco.

Ahora bien, no todas las especies son sociales, y sin embargo las actividades comunicativas son muy importantes para muchas de ellas. ¿Qué pasa con la fiabilidad en ese caso?

Pues bien, como decíamos el mes pasado, cuando en las situaciones comunicativas no existe la necesidad de compartir informaciones de alto valor o cuando coordinan actividades netamente cooperativas, la fiabilidad no será "discutida" y probablemente todos los individuos sean proclives a colaborar en las tareas o a interpretar los mensajes de la misma manera (o de una manera muy similar).

Otra posibilidad es que la fiabilidad dependa de los costos.

Este concepto, conocido en Biología y en Etología como la "teoría del hándicap" y que fue planteada inicialmente por el biólogo israelí Amotz Zahavi, es algo como la versión evolutiva de la viaje frase "lo barato sale caro".

La teoría del hándicap, en términos simples, expresa que en varias situaciones comunicativas (especialmente en las de gran valor de supervivencia, como en la reproducción por ejemplo) los animales que envían ciertas señales deben invertir en ellas una importante cantidad de energía (de diferentes maneras) que hace que solo aquellos individuos de mayor "calidad" (mejor alimentados; con mejor territorio; con mejor estado físico, etc.) puedan emitirlas, y que aquellos individuos de menor "calidad" no cuenten con la energía suficiente para poder hacerlo, o al menos no puedan hacerlo de manera destacable.

Todo esto lleva a que los de "alta calidad" sean preferidos o elegidos por una pareja potencial, por ejemplo para reproducirse, en detrimento de los otros.

Esto no significa, para seguir con el mismo ejemplo, que los de menor "calidad" no lleguen a reproducirse, pero sí en general significa que si lo logran lo harán con parejas de menor calidad también, con lo que sus posibilidades de sacar adelante a sus crías serán menores.

También este proceso significa que seguramente los de "calidad" muy baja no podrán reproducirse, al menos en esa época de cría.

Si bien todo este proceso parece muy poco "justo", suele darse así incluso en las sofisticadas sociedades humanas, aunque se lleve a cabo de manera subliminal o encubierta.

El papel que en la formación de las parejas humanas cumplen los atributos físicos (objetivos, inmediatos o subliminales) y las características colaterales (posesiones, medios de ganarse la vida, etc.) indican que por más que se piense en otros factores más "psicológicos" como influencias más directas o importantes, los factores naturales (a veces "traducidos" a factores o influencias sociales actuales) siguen siendo importantes.

Obviamente las variaciones culturales afectan el proceso, especialmente en el caso de los humanos (aunque las "culturas" no son patrimonio exclusivo de los seres humanos, como veremos en próximas notas), pero la medida en que lo afectan puede no ser evidente o profunda. Por ejemplo, ciertos cánones de belleza física que pueden ser un factor importante varían con las sociedades, aunque hay ciertos elementos de base que suelen estar presentes y que transmiten mensajes o informan sobre características importantes a la hora de tomar decisiones.

En una próxima nota, seguiremos por este camino.

Ver

Los mensajes y la comunicación: lo que nos enseñan los animales (parte I)

GABRIEL FRANCESCOLI

Doctor en Biología, encargado de la Sección Etología de la Facultad de Ciencias

 

Imagen de portada: adhocFOTOS/Javier Calvelo

 

(Las opiniones vertidas en esta note son de exclusiva responsabilidad del autor y no comprometen a la institución en la que se desempeña) 


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2021-02-18T00:01:00