CALLE A CALLE MVD (*) El primer poblador civil… y una curiosa especulación

Daniel Feldman

Contenido de la edición 18.09.2024

 

Capaz que, por lo incipiente de la urbe, el concepto de ciudadano no estaba aún desarrollado, pero sí podemos afirmar que Jorge Burgues fue el primer poblador civil de Montevideo.

Nacido en 1691 como Giorgio Borghese Posanza en la ciudad de Rapallo, en la entonces República de Génova, emigró inicialmente a Buenos Aires, para luego radicarse definitivamente en nuestras costas, donde fallecería en 1766.

Fue justamente en Buenos Aires, por ese entonces capital de la Gobernación del Río de la Plata, Virreinato del Perú, donde nuestro personaje de hoy castellanizó su nombre, pasando a llamarse Jorge Burgues.

Nuestro ya conocido capitán Gronardo había avisado a fines de 1723 a Zabala del asentamiento portugués en lo que hoy es la Ciudad Vieja, y desde Buenos Aires se comenzó a reclutar y organizar un grupo de voluntarios para poblar la bahía de Montevideo.

Giorgio se anotó, aunque no lo hizo como Jorge sino como Roque Burgues, acompañado de su concuñado José González de Melo, que también tuviera destaque por esta banda.

Luego de la alarma dada por Gronardo, ya recuperada Montevideo por los españoles, a principios de 1724 Burgues cruza el Plata acompañado de dos peones, con dos carretas, instrumentos de labranza y herramientas. Lo hace a la altura de Las Vacas, con la intención de fundar ahí una población, cosa que no logró. Recién en febrero de 1816 Artigas levantaría en ese entorno la que es hoy Carmelo.

Ante su fracaso, Burgues sigue hacia el este, llegando a Montevideo, donde construye una vivienda de piedra con techo de tejas, lo que no era poca cosa para la época.

Otro concuñado, Juan Antonio de Artigas y Ordobas (u Ordovás, dependiendo de la fuente), abuelo de José Artigas y primer poblador militar montevideano, trae a sus suegros y primeros habitantes de la novísima ciudad.

Burgues se casó dos veces y tuvo una abundante prole. Con su primera esposa, María Martina de Carrasco y Melo Coutinho (todo eso), fallecida prematuramente a los 36 años, tuvo siete hijos. A los seis meses de enviudar contrajo nuevo matrimonio, en esta ocasión con Agustina Pérez Bravo y Febles, con quien procreó tres hijos.

La avenida Burgues nace en la avenida San Martín, por el barrio Reducto, y luego de atravesar diversas vecindades va a desembocar en el bulevar Aparicio Saravia, no sin antes presentarnos la entrada a la última morada de muchísimos montevideanos, frente a la que, en forma sarcástica si se quiere, se ubica la "terminal" Cementerio del Norte de ómnibus, y frente a la que algún equino se detiene -con florido marco de fondo- a saciar su apetito.

De ida o de vuelta, se puede traspasar un verdadero túnel del tiempo y abrevar en el bar Chamizo, en la esquina con la calle Máximo Gómez, que rinde homenaje a un célebre militar de las costas del Caribe, nacido en Santo Domingo, uno de los principales héroes de la independencia de Cuba, fallecido en La Habana en 1905 a los 72 años.

No pude dejar de detenerme frente al número 3255, a pasos de la calle Carmelo, ciudad de la que hablábamos precedentemente. Ahí se nos anuncia una próxima construcción del Burgues Condominium, que me llevó a pensar en por qué no, en una suerte de travesura histórica, se lo bautizó como Condominio Borghese.

Podríamos estar a tono con la ciudad de Génova, en Italia, que presenta una exuberante "Scalinata Borghese", en honor a nuestro primer poblador civil, inaugurada en 1910, con profusas decoraciones en estilo Art Nouveau. La scalinata sirvió en su momento de sede al ayuntamiento, cayó en abandono por muchos años, y hace poco fue reinaugurada, con un salón para disfrutar de tragos y con un restaurant gourmet.

Otra parada obligatoria fue en la esquina con la calle El Iniciador. Durante un tiempo pasé con bastante frecuencia por ese lugar, y siempre me llamó la atención la denominación, llevándome a las más variadas especulaciones. Finalmente descubrí que refiere al nombre del periódico fundado por Andrés Lamas en 1838, en el que colaboraron numerosos intelectuales argentinos, exiliados del régimen de Juan Manuel Rosas.

Como bien decimos, esta sección pretende acercarnos al origen o el porqué de las denominaciones de las calles capitalinas, "y tal vez a otros desvaríos".

En esto último estábamos, cuando empezamos a jugar con el nombre que hoy nos ocupa, con Giorgio Borghese, su posterior castellanización y un interesante ida y vuelta.

Burgués, según el diccionario de la lengua, en su primera acepción define a una persona de mentalidad conservadora que procura la estabilidad económica y social. Pero también refiere al natural o habitante de un burgo medieval, entendiéndose por este a una fortaleza construida por los nobles feudales para vigilar los territorios de su jurisdicción, donde se asentaban los gremios, entre otros, de comerciantes y artesanos.

Comencemos pues a especular.

Giorgio Borghese, nuestro primer poblador civil, devino en Jorge Burgues, que vaya a saber a causa de qué razón perdió la tilde; capaz que tocado por cierta modestia y para no parecer pretensioso o conservador, o tal vez por un involuntario descuido de algún escribidor.

Pero los meandros de la historia tienen sus caprichos.

Borges es un apellido que tiene sus raíces en la península Ibérica, más específicamente en Portugal y Galicia. Si bien su origen etimológico aparece incierto, se cree que podría derivar del latín, "burgus", torre o fortaleza, indicando una posible conexión con elementos defensivos o estructuras elevadas.

De ahí que nuestro bien conocido Jorge Francisco Isidoro Luis Borges, a quien no me canso de identificar como el más oriental de los porteños, bien pudo ser un homónimo de nuestro primer poblador civil.

Y no dejo de imaginarme a un travieso bibliotecario genovés, ciego, que en pleno siglo XXI y con toda intención catalogara El Aleph bajo la autoría de Giorgio Borghese, "en honor a Montevideo". En definitiva, como dicen que dijera el rey Salomón, "¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y no hay nada nuevo bajo el sol".

 

DANIEL FELDMAN

Director de CONTRATAPA

(*) CALLE A CALLE MVD pretende acercarnos al por qué de los nombres de las vías públicas de la ciudad... y tal vez a otros desvaríos


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2024-09-18T12:14:00